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Clostridium botulinum

Clostridium botulinum y su presencia en los alimentos mal manipulados

¿Qué es Clostridium botulinum?

Clostridium botulinum es el nombre científico de un tipo de bacteria patógena del género Clostridium, muy extendida en la naturaleza y productora de una toxina responsable de intoxicaciones alimentarias.

Esta bacteria puede sobrevivir en condiciones anaeróbicas en estado latente hasta que las condiciones para su desarrollo sean favorables. Por lo general, la bacteria Clostridium botulinum se encuentra en la naturaleza en el suelo, en aguas estancadas y en alimentos en descomposición, aunque también se halla en el tracto intestinal de mamíferos, cangrejos y moluscos bivalvos.

¿Qué enfermedad provoca Clostridium botulinum?

La bacteria Clostridium botulinum produce una fuerte neurotoxina (NTBo) que provoca una intoxicación alimentaria llamada botulismo. Si bien el botulismo hoy día es una enfermedad poco común, sí es una afección grave que requiere asistencia médica.

El botulismo puede originarse de dos formas: bien por la ingesta directa de toxina botulínica (alimentos o agua), bien por la ingesta de la bacteria Clostridium botulinum y la posterior formación de la neurotoxina dentro del organismo.

La peligrosidad de esta toxina reside en que no puede olerse ni se detecta a través del gusto (en el caso de los alimentos), pero una pequeña cantidad de ella puede llegar a ser mortal, especialmente si se da en bebés de menos de 12 meses de edad.

La transmisión de Clostridium botulinum

Transmisión de Clostridium botulinum por ingesta de alimentos

Se trata de la intoxicación botulínica producida por la presencia de la neurotoxina en los alimentos.

La bacteria Clostridium botulinum se desarrolla en condiciones anaeróbicas (poca presencia o ausencia de oxígeno) y acidez baja (pH +4,6), es decir, en alimentos como verduras, algunas frutas, leche, todo tipo de carne, pescado y mariscos, sobre todo si están envasados o preservados indebidamente.

Por ello, los casos más frecuentes de botulismo alimentario guardan relación con la ingesta de alimentos de baja acidez listos para el consumo y envasados con poco oxígeno.

Transmisión de Clostridium botulinum por contacto con heridas

Al igual que ocurre con otro tipo de bacterias, Clostridium botulinum puede penetrar en el organismo a través de heridas o cortes sangrantes, produciendo la neurotoxina en el interior y provocando botulismo.

Síntomas del botulismo alimentario

Las neurotoxinas, como las producidas por Clostridium botulinum, son aquellas que atacan al sistema nervioso del organismo, produciendo parálisis y otros tipos de complicaciones derivadas de la afectación a los nervios.

En general, los signos y síntomas del botulismo alimentario aparecen entre 12 y 36 horas tras la ingesta de la neurotoxina en el cuerpo, aunque estos tiempos pueden variar según la cantidad de toxina botulínica ingerida.

Entre los síntomas del botulismo alimentario, se pueden encontrar los siguientes:

  • Boca seca
  • Dificultad para tragar o hablar
  • Visión doble o borrosa
  • Caída de párpados
  • Debilidad en ambos lados del rostro
  • Náuseas y vómitos
  • Calambres abdominales
  • Dificultad para respirar

De los síntomas anteriores, el más peligroso sin duda es la dificultad para respirar, causa principal de muerte por botulismo (5%-10% de los casos).

Diagnóstico y tratamiento del botulismo alimentario

Para diagnosticar la presencia patógena de Clostridium botulinum en el organismo, se comprueban los síntomas de parálisis, como en el rostro. El médico también debe preguntar al paciente por los alimentos que ha consumido en los últimos días, para determinar si entre ellos había productos listos para el consumo.

Una analítica de sangre, de vómitos o de heces también sirve para el diagnóstico del botulismo, aunque este tipo de pruebas tardan más tiempo.

El suministro de una antitoxina es el principal tratamiento contra el botulismo alimentario. Esta antitoxina se adhiere a la toxina botulínica que circula por la sangre, impidiéndole seguir dañando los nervios (aunque no puede revertir el daño ya causado).

En los casos más graves de dificultad respiratoria, es probable que el paciente necesite de un respirador mecánico que le suministre el aire mientras los efectos de la toxina van remitiendo con los días y el tratamiento adecuado.

La prevención de Clostridium botulinum en los alimentos con HPP

La manipulación casera incorrecta de alimentos en conserva puede ser causa del contagio de botulismo o de otras intoxicaciones alimentarias comunes, como la listeriosis y la salmonella.

Sin embargo, el primer paso para prevenir la ingesta de Clostridium botulinum es el tratamiento industrial de los alimentos más propensos a ser contaminados por él.

Y es que la presencia de la bacteria a menudo se debe a la falta de control de los procesos industriales, como una temperatura incorrecta de cocción/esterilización, escaso control del nivel de acidez y falta de estanqueidad de los envases.

Estos alimentos deben ser tratados correctamente en origen para garantizar la inactivación de las esporas de Clostridium botulinum y, al mismo tiempo, conservar las propiedades organolépticas de los productos, lo que aumenta la vida útil de los alimentos.

Una de las técnicas más seguras para prevenir las enfermedades alimentarias, como el botulismo o la listeria, es la tecnología HPP de altas presiones hidrostáticas, un proceso que inhibe el crecimiento y desarrollo de Clostridium botulinum en los alimentos en conserva.

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