Durante el tratamiento, producto y envase sufren cambios; en la tecnología de las Altas Presiones Hidrostáticas la presión se transmite de manera uniforme e instantánea por todo el producto, lo que permite procesar una amplia variedad de alimentos independientemente de su forma o tamaño. La geometría del envase afecta al porcentaje de llenado de los equipos HPP, lo que influye directamente en la productividad.
Es por ello que los envases deben tener unas cualidades concretas para aguantar estas modificaciones, tales como:
- Hermeticidad: los envases deben soportar la presión tan alta sin romper ni colapsar, y no pueden tener poros en su superficie.
- Flexibilidad: deberán acomodarse a la reducción de tamaño que se produzca durante el proceso, y luego volver a su estado original.
- Impermeabilidad: los parámetros de permeabilidad al oxígeno y al agua son muy importantes para que el producto aguante intacto hasta el final de la vida útil, por lo que debe ser lo más reducido posible. Si entrase agua o aire, podría producirse la proliferación de microorganismos indeseables antes de lo previsto.
- Otros: aunque no son de obligado cumplimiento, ¡también se deben tener en cuenta la opacidad y la morfología del envasado para conseguir optimizar el tratamiento y asegurar un producto perfecto!
Tipos de materiales
En cuanto a tipos de materiales, el adecuado para el procesamiento por alta presión es el plástico, ya que es lo suficientemente maleable y resistente al mismo tiempo, capaz de cumplir las características que acabamos de mencionar.
El envase flexible es imprescindible. El envase debe ser capaz de ajustarse al producto bajo presión sin experimentar una distorsión permanente.
El vidrio, el metal y el cartón no son adecuados. Cualquier material que pueda romperse o doblarse permanentemente bajo presión no es un buen material de envasado HPP.
Pueden utilizarse plásticos reciclados y reciclables.
Esto hace que la HPP sea una opción respetuosa con el medio ambiente, importante si se promueve un producto sostenible y con conciencia ecológica.
Ejemplos de envases aptos para HPP
- Botellas. Este tipo de envase se usa para líquidos, tipo zumo, gazpacho o salmorejo. Un gran porcentaje de estos envases son PET. La peculiaridad es este envasado es el tapón, que tiene que dejar el recipiente perfectamente sellado. Con botellas de tapón de doble labio, esto se consigue a la perfección.
- Tarrinas. Los dips son el producto estrella en este tipo de envase, en su mayoría guacamole, aunque podemos encontrar otro tipo de productos como tomate rallado, pico de gallo, ensaladillas o purés infantiles. En estos envases, el llenado es importante, ya que, si el espacio de cabeza es muy grande, el envase podría no soportar el tratamiento y romperse.
- Bandejas / barquetas. Ideales para el tratamiento de producto con cierto peso y mezclas de sólidos y líquidos tales como guisos con salsas o platos preparados. El ratio kg/ciclo se optimiza mucho, lo que abarata el precio final por kg de producto.
- Skin / vacío. Este tipo de envase, aparte de reducir al máximo las mermas debido a que la entrada de aire es mínima, el aspecto es óptimo, ya que deja visibilidad máxima al producto.
- Bag in box. Bolsa cerrada herméticamente que permite mantener el producto envasado Se arruga conforme vaciamos el producto y evita que entre aire. De esta forma evita el contacto con el oxigeno alargando su conservación. Es un tipo de envase que permite tener un grifo incorporado. El ratio kg/ciclo se optimiza mucho, lo que abarata el precio final por kg de producto, siendo uno de los envases idóneos.
- Atmósfera modificada. El envasado en atmósfera modificada (MAP), también llamado envasado en atmósfera protectora (EAP) o controlada, consiste en envasar sus productos en mezclas específicas de nitrógeno, oxígeno y dióxido de carbono de calidad alimentaria que reducen el deterioro. Para que este sistema sea apto para tratarlo por HPP, el volumen no debe superar el 15% del volumen del envase, paras evitar su implosión y reducir mermas.