La demanda de alimentos listos para el consumo crece cada día más. Sin embargo, los consumidores son cada vez más conscientes de sus elecciones alimentarias y buscan alimentos saludables, sin aditivos y que conserven sus cualidades. Esto impulsa a los fabricantes a buscar alternativas que permitan lograr un equilibrio entre lo que el consumidor demanda y lo que el fabricante necesita. El tratamiento de alta presión es capaz de lograr este equilibrio, a través de sus beneficios.
Beneficios de HPP para los platos preparados
- Permite elaborar platos preparados sin aditivos ni conservantes, lo que resulta en productos de etiqueta limpia.
- La aplicación de las altas presiones puede tener un impacto positivo en la reducción de la alergenicidad de ciertos componentes de los alimentos, facilita la digestión y la tolerancia de los alimentos, lo que puede ser de especial interés para ciertos grupos de la población.
- Al inactivar microrganismos patógenos y alterantes, se puede reducir el contenido de azúcar y sal. Además, la inactivación de microorganismos se realiza en el envase final, evitándose el riesgo de sufrir post-contaminaciones. Este punto es de suma importancia, porque aparte de ser esencial para garantizar la seguridad alimentaria, permite:
- Aumentar la distribución a través de la vida útil refrigerada y extendida entre 2-3 veces más que la de los platos no procesados.
- Reducir retornos y sensibilidad a las irregularidades de la cadena fría y permitir una programación de producción más eficiente
- Mantener las propiedades sensoriales y nutricionales durante su vida útil. Permite elaborar platos preparados que conservan el sabor y la apariencia de comidas caseras.
Existen diversos estudios que demuestran que tras someter a los platos preparados a presiones de 5000-6000bares durante pocos minutos en todo tipo de envases flexibles e impermeables al agua (vacio/map, etc.), se alcanzan vidas útiles de 45 a 120 días dependiendo del producto y tratamiento aplicado. Durante la vida útil los recuentos microbianos son bajos e incluso están por debajo del límite de detección. En estos estudios también se ha demostrado que la calidad organoléptica de los platos preparados se mantiene durante toda su vida útil y el consumidor no es capaz de diferenciarlos de los no tratados por HPP.